Madrid, 3 oct (Prensa Latina) Podría ser un cofre de imaginerías, pero sería reducir la impronta multifacética de Pablo Picasso: entonces, lo sagrado y lo profano, en el museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Toque de distinción, la dedicatoria presencial de uno de los nietos del maestro del cubismo, Bernard Ruíz-Picasso: «un beso para mi abuelo Pablo Picasso que siempre recordamos con amor».
Nuevo regalo en la Celebración Picasso 1973/2023, iniciativa de Francia y España para venerar al genio de las artes plásticas a propósito del 50 aniversario de su desaparición física.
Lo sagrado porque Picasso tenía la convicción de que era algo de chamán y lo profano en virtud de su apego, respeto y seguimiento a la obra de muchos maestros, expresó Paloma Alarcó, comisaria de la exposición que abre sus puertas en Madrid desde este miércoles y hasta el 14 de enero de 2024.
Pequeña muestra, de cierto modo, porque el Thyssen Bornemisza sólo cuenta con ocho obras del autor de Guernika, aunque agrandada a partir de préstamos y pinturas referenciales de figuras del rango de Rubens, El Greco, Goya, Delacroix, Murillo, Zurbarán, Velázquez, Bronzino (…).
Cuando me asignaron comisariar la exposición poco a poco me fui emocionando al corroborar como piezas aparentemente tan disímiles podían dialogar ante ese magnetismo que Picasso ejercía en la pasión por sus pinturas, comentó Paloma Alarcó.
Dos ejemplos de ello se aprecian en las salas del museo. De una parte, Retrato de un joven como San Sebastián, del pincel de Bronzino; y de otro, Arlequín con espejo, de Picasso.
El otro, Bartolomé Esteban, de Murillo, y en contraste, Maternidad Muggins, en franco estilo cubista del nacido en Málaga. La comisaria ofrece su visión de este espacio de excelencias. «El discurso de la muestra propone estudiar la audacia y originalidad con la que el artista se acercó tanto al mundo clásico como a los temas de la tradición judeocristiana, desvelando su capacidad de integrar elementos y problemas del arte anterior y de reflexionar sobre la esencia última de la pintura».
A través de tres décadas de su producción y alrededor de tres tramas temáticas, se establece un diálogo que pone de manifiesto la singularidad y las paradojas del arte de Picasso, su personal reinterpretación de los temas y géneros de la tradición artística española y europea.
Valoraciones compartidas por Carlos Alberdi, comisionado de la Celebración Picasso 1973-2023; Bernard Ruiz-Picasso y Guillermo Solana, director artístico del museo Thyssen.
También, en la forma en que al autor analizó el modo en que los mitos y ritos tanto paganos como cristianos se fusionan en muchas de sus creaciones, sobre todo a la hora de tratar los asuntos más universales de la vida, la muerte, el sexo, la violencia y el dolor.
Son 40 obras, 22 de Pablo Picasso que vuelven a poner de manifiesto la singularidad y paradojas de sus creaciones.